domingo, 29 de marzo de 2020

Corbatita

Fue una charla de amigos. De esas que ocurren muy de vez en cuando, porque los hombres somos así, nos cuesta abrirnos y contar nuestros problemas. Es nuestra omnipotencia. A ello se agrega que el turco siempre fue un poco machista y autoritario, producto quizás de una raza muy particular.
Lo cierto es que me sorprendió su confesión. Nunca supuse que ese café en el House me revelaría un ser diferente, sensible y atormentado por un hecho que había trascendido lo estrictamente personal.
Cabizbajo, preocupado y con voz temblorosa, a punto del llanto, me contó que su mujer había tenido que ir desde Ezeiza hasta Tigre a llevar a "corbatita" a realizar una intervención quirúrgica. En efecto, "corbatita" padecía de sinusitis y era preciso una operación de urgencia.
Inicialmente me transmitió su preocupación y pensé que "corbatita" era el apodo de su pequeña hija y, temiendo ser desconsiderado, le pregunte; quien es "corbatita"? Mi canario, me respondió!
Entre sorprendido y aturdido por la respuesta le dije: tu canario!!?? Si, me dijo, mi esposa fue hasta Tigre, que de casa son como 100 kilómetros, para operarlo de sinusitis, la operación costó 12 pesos. Pero ahí no termina la historia. Me contó que regresada su mujer de Tigre, lo vio a "corbatita" con el piquito pelado y la carita de susto y casi se pone a llorar.
Pero si la historia culminara en este instante sería simplemente un relato de un tierno, de un hombre que detrás de esa caparazón de hombre recio y duro, se descubre un ser humano sensible y preocupado por los mas débiles. O quizás se deba a una debilidad por las aves, producto tal vez de que su abuelo vendía pajaritos en una de las tantas calles laterales del Gran Bazar de la vieja Istanbul.
Sin embargo, la historia tomará ribetes dramáticos cuando un día después del inicio de la convalecencia de "corbatita", el turco recibe a un grupo de amigos en su casa para disfrutar de la cena semanal en la que, además de hablar de las cosas que hablamos los hombres, se entregaban libremente al placer de las libaciones etílicas.
Entre ellos había uno que, oculto en la amistad que el alcohol nos brinda, preparaba el golpe que el turco jamas imaginó.
Así, entrada la noche y antes que todo terminara en escándalo -cuando el pelado fue a la cocina a buscar en las alacenas algo para llevar a su casa- uno de los comensales se separódel grupo y se acercó a la jaulita de "corbatita" aprovechando la distracción que generó la requisa al pelado.
Una vez al lado de "corbatita" comenzó a sacudir la jaulita profiriendo una serie de párrafos en un idioma desconocido. El pobre pajarito, se agarraba con las patitas e incluso con sus alitas de los fierritos de la jaula para no caerse. Con las pocas fuerzas que le quedaban luego de la brutal agresión, cansado y sediento, bajó hasta el vasito para reponerse y encontró lo que sería su final. En efecto, el vasito había sido llenado vilmente de Champagne.
Tres días después, en una mañana soleada, "corbatita" voló por ultima vez y abandonó la casa del turco.
A pocos metros de allí, el armenio, celebraba en soledad su pequeña venganza.
En un país muy lejano y muchos años después, la disputa entre turcos y armenios se cobraba otra víctima.

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